A
pocos días del día “D”, en donde todos los piuranos con derecho a voto, acudiremos
a elegir a nuestras nuevas autoridades locales (distritales y provinciales) y
regionales (Presidente Regional y Concejeros), se ve que seguimos con el
empirismo y la improvisación a una campaña.
Me
refiero a improvisación en el tema de campaña, ningún partido, movimiento o
agrupación ha presentado una demoledora campaña, más allá de algún puyazo improvisado que logro algo por ahí, no
mucho pero algo.
Pero
realmente podemos decir a ciencia cierta que por la campaña o trabajo de campo por
parte de los jefes de campaña, se ha ganado unos puntos en las encuestas.
Vemos
improvisación tanto en las campañas, así digan que están organizados, esto no
es trabajo de gente no preparada, donde hay un marqueteo político, donde está
el relacionista público, el que se encarga de tu campaña, desde la imagen de
los candidatos, el que decide que sale o que no sale, el que dice que se
publica o no se publica, el que dice que foto sale y que foto no sale, cual foto
se cuelga en sus redes sociales, quien es el que dice que debe decir cada leyenda
de cada foto, quien es el que señala o indica que deben decir los discursos de
los candidatos.
Si
piensan que esto no sirve, acuérdense de Ollanta Candidato, cambio su discurso,
hasta su forma de vestirse, así vimos a Susana Villaran la Candidata con su
chalina verde VS Lourdes Flores con zapatillas NIKE caminando por los cerros; vimos
a Susana Villaran VS la Revocatoria, vieron cuan es importante tener alguien
preparado para estas campañas.
Hemos
visto caravanas que recorren la ciudad, vemos pintas, canciones con lemas,
volanteo, una guerra sucia que paso desapercibida en las redes sociales; pero
se han olvidado de algo importante que hoy en día se ve.
¿Por
qué organizar una caravana? Cuál es el
fin y porque hacerla en ese lugar, a esa hora y que se va a decir, que se va a
mostrar, y muchas preguntas más que si le preguntas a los jefes de campaña no
sabrán que decir.
Más
aun si les preguntas porque esa canción, porque la han vinculado al partido o movimiento,
dirán que le gusto a uno u otro, pero no llevan el mensaje que deberían llevar,
si las escuchamos solo vemos una canción editada, revisen en la página Web de
la www.mula.com.pe sobre las peores canciones y verán que muchas
son a las que escuchamos hoy, salvo tres canciones que pertenecen a dos
agrupaciones grandes para el regional, pero para local solo una canción que van
con su lema humanista, así no gane su canción muestra lo que quieren con una música
de pueblo para el pueblo solo le falto coordinar las horas en que debían pasarla.
Lo
mismo pasa con las pintas, muchas pintas vemos algunas incluso sin razón de
ser, no porque estén mal hechas, sino por la zona, por estrategia estas deben
estar posicionadas con un fin, desde el color de las mismas, así como el
volanteo, una cosa es volantear y otra tirar papeles en el piso de una casa, en
vez de ser una propuesta ese volante se convierte en basura.
Hasta
en las redes sociales se ha visto improvisación, no hay un CM que se encargue
de lo que se va a decir o decir, incluso el desorden se ve, porque todos los
amigos que apoyan de alguna manera publican una foto o hacen un comentario pero
en desorden, si bien apoyan hacen un trabajo doble, desgastando mucho a veces
su trabajo.
Como
diría un marquetero: “Si quieres que te vean como candidato, sigue
improvisando, si quieres llegar necesitas de mi trabajo”; “Dirán mil cosas
negativas, las convertiré en mil argumentos positivos”; “¿Quién me da diez
razones para votar por su candidato? Tendrá no solo mi voto, sino el de miles
más”. Ven como un trabajo planificado trae mejores resultados.
Como vemos, aun los candidatos o sus jefes de campaña, amigos y todos los que los acompañan piensan que empíricamente se gana, puede que lo hagan pero se han olvidado de un factor importante, que es lo importante tener una persona que conozca de marketing político, de manejo de medios o redes sociales, que pudieron haber dejado a sus contrincantes más lejos de lo cerca que hoy los tienen.